jueves, 7 de junio de 2012

INTRODUCCIÓN


La comunicación ha sido una necesidad vital humana desde tiempos remotos. Esta exigencia ha provocado que a lo largo de los siglos se hayan experimentado diversos métodos y dispositivos, que permitieran encontrar una comunicación eficiente a distancia, obteniendo casi siempre resultados mediocres. No es sino a finales del siglo XIX, cuando la historia de comunicación se halla salpicada de sus hitos más importantes, como la telegrafía óptica de Chappe o la eléctrica de Morse, pero es la invención del teléfono por Graham Bell, la que permite entrar de forma plena en la comunicación moderna. A partir de ese momento, la historia de las telecomunicaciones es la historia del teléfono.

El teléfono ha evolucionado, ofreciendo hasta nuestros días, mejoras sustanciales y permitiendo una propagación de la comunicación, alcanzando cuotas inimaginables hasta hace tan solo 50 años, ya son más de 1000 millones de líneas telefónicas existentes por todo el globo, las cuales son testigos de esta evolución. No obstante pese a que su número y sofisticación han aumentado, nuevas barreras económicas representan un obstáculo a este tipo de comunicación en un mundo caracterizado por la globalización, los crecientes costes en esta clase de tecnología hacen necesario un nuevo salto que permita eludir estos nuevos problemas.

Este salto que esta a punto de relegar a un segundo plano al teléfono y ofrecer una alternativa real y barata, ha crecido de forma paralela y silenciosa utilizando la infraestructura telefónica existente para alimentar su evolución, es la joven tecnología denominada Internet.

El desarrollo de la “red de redes”, alimentado por redes con altos niveles de calidad, fiabilidad y seguridad que poco tienen que envidiar a la telefonía tradicional, ha generado todo un conjunto de protocolos que rigen su funcionamiento. Entre esta ingente cantidad de protocolos cabe destacar uno llamado Protocolo de Internet (IP). El principal trabajo del protocolo IP es proporcionar un medio para el transporte de datagramas desde un origen a un destino, sin importar si estas máquinas están en la misma red, o si hay otras redes entre ellas. Es precisamente este protocolo el primer elemento que puede catapultar la comunicación personal ofreciendo una alternativa más barata y segura que la telefonía tradicional.

Pero no sólo este protocolo va ser la solución, un segundo elemento se debe unir a la fórmula resultante, para obtener un medio de comunicación rápido y barato. Este nuevo elemento no es otro que la Voz sobre IP (VoIP, Voice over IP) que es una tecnología que permite la transmisión de la voz a través de redes IP en forma de paquetes de datos.

De la combinación de ambos nace la telefonía IP que permite la realización de llamadas telefónicas ordinarias sobre redes IP u otras redes de paquetes utilizando un PC o teléfonos estándares.

Esta clase de telefonía posee varias ventajas que la hacen muy atractiva. Pese a lo que pueda parecer, es una tecnología ya madura, ya que las primeras investigaciones en algoritmos avanzados sobre este campo se remontan a 1970. Además ofrece una posibilidad barata, los costes asociados a una llamada de PC a PC son de un coste ínfimo comparados con una llamada tradicional. Otra ventaja es que se puede adoptar su utilización sin grandes traumas en infraestructuras para usuarios particulares o empresariales, para explotar en su plenitud esta clase de método. Y por último existen numerosas aplicaciones como MSN Messenger, AIM, Google Talk, TeamSpeak y sobre todo la aplicación Skype que facilitan esta transición y ofrecen servicios multimedia variados.

Dentro de este conjunto de herramientas cabe destacar Skype, que es el programa más densamente extendido y con el cual se va a utilizar como hilo conductor para explicar este tipo de programas.

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